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La denominación de este municipio tiene origen romano, y está marcado por la existencia de los dos puentes de Puente de Génave: El Puente Viejo y el Puente Nuevo. En el post de hoy te contamos la historia de ambos puentes, dos símbolos que definen la disposición de este pueblo sobre el río Guadalimar.
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El nombre de Puente de Génave viene dado por ser este pueblo en época romana una ruta comercial hacia Génave, otro municipio de Jaén que pertenece a la comarca de la Sierra de Segura, y que se encuentra a poco más de 17 kilómetros de distancia.
Los puentes de Puente de Génave permiten el tránsito sobre el río Guadalimar. Este paseo sobre el río, y también por la ribera del mismo, es a la vez el gran atractivo turístico del municipio.
A lo largo del paso del río Guadalimar por el municipio, también se pueden observar pequeños saltos de agua de interés. Destaca el existente en el núcleo urbano de Puente de Génave, y el Salto de Puente Maniche, una antigua presa sobre el río que se encuentra próximo a la Casa de la Vicaría.
Este río se conoce también como “Río Rojo”, ya que este es el color que suele tener al atravesar el municipio por su parte baja. A su paso por Puente de Génave, el rio Guadalimar va dejando una frondosa vega paralela a la carretera N-322.
La gran tradición del agua del municipio también fomentó la existencia de cuatro antiguos molinos, uno de ellos reformado como casa rural.
El Puente Viejo de Puente de Génave, o Puente Romano, fue construido en época romana como parte de la infraestructura viaria necesaria para comunicar Cástulo (Linares) con Cartagena.
Se trata de uno de los puentes más antiguos de la comarca. Este puente está construido en piedra y consta de un solo ojo formado por un arco rebajado. En él se alternan la mampostería con la sillería.
Este es un elemento formador del asentamiento del pueblo alrededor del río, un paso imprescindible para conocer la ribera y la implantación que tiene en el territorio.
La historia del Puente Nuevo
La construcción del Puente Nuevo responde a la tecnología desarrollada en España a mediados del siglo XIX. Destaca la excelente labra de su sillería y presenta rebajamiento de bóvedas y estrechamiento de los soportes para favorecer el paso del agua. Este puente consta de tres ojos cubiertos por arcos escarzanos, siendo el central de mayores dimensiones. Para que durase más tiempo y la sillería se viene menos erosionada, el constructor pensó que debía durar mucho tiempo, por lo que estrechó sus soportes, favoreciendo el discurrir de las aguas.
La decisión de unir Jaén con Albacete fomentó la construcción del Puente Nuevo, cuya obra se terminó en 1.889. La construcción de este puente vino acompañada de un crecimiento vertiginoso del municipio, que se convirtió en el único pueblo de Jaén del siglo XX.
Los puentes de Puente de Génave son dos de los principales atractivos turísticos de este municipio. ¿Aún no los conoces? ¡Te animamos a visitarnos y contemplar la bonita estampa de las aguas del río Guadalimar discurriendo bajo los dos imponentes puentes de Puente de Génave.
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